Importancia de hacer una revisión anual del fondo de ojo
En general se piensa que sólo hay que acudir al optometrista cuando no vemos bien, pero ésta es una idea totalmente errónea, ya que el síntoma no es más que la alerta de que algo no funciona correctamente. Una revisión a tiempo puede ser decisiva en el tratamiento de una enfermedad ocular.
Revisar tus ojos, al menos una vez al año, es una medida preventiva de la cual cada vez más gente se está concienciando. En estos controles el especialista puede detectar un problema, incluso antes de que empiece a dar síntomas, y tratarlo para evitar futuras complicaciones. Es muy importante evaluar el fondo del ojo; este examen permite analizar el estado de la retina y del nervio óptico y detectar, entre otros, los siguientes trastornos:
- Desprendimiento de retina: separación de la retina del resto del ojo. Las personas miopes tienen más riesgo de sufrir este problema.
- Trombosis retiniana: obstrucción de una de las venas de la retina.
- Degeneración macular: la causa más frecuente de pérdida de visión central y aguda, sobre todo a partir de los 50 años.
- Retinopatía diabética: este trastorno, que afecta a los vasos sanguíneos de la retina, lo pueden sufrir las personas diabéticas. "A veces a pacientes con diabetes tipo 2 asintomáticos se les ha diagnosticado esta enfermedad porque se les ha detectado retinopatía en un examen de fondo de ojo rutinario".
- Glaucoma: pérdida de visión periférica (visión de túnel) debido a daños en el nervio óptico, muchas veces causados por un aumento de la presión intraocular. Si no se trata a tiempo, puede causar ceguera.
- Melanoma ocular: un tipo de cáncer que puede afectar a diferentes partes del ojo.
Estos son algunos ejemplos de patologías que se pueden evitar con una revisión anual. Al principio, muchas de ellas no dan síntomas hasta que ya están avanzadas; de ahí la importancia de las revisiones periódicas. Además, como ya hemos dicho anteriormente, no solo se detectan enfermedades oculares, también se detectan enfermedades sistémicas como pueden ser la diabetes o la hipertensión arterial.
A partir de los 40 años, es mucho más importante no saltarse la revisión ocular ya que aumenta mucho la incidencia de enfermedades oculares a partir de esta edad.
En el caso de las personas que tienen algún problema de vista, diabetes o antecedentes familiares de glaucoma o degeneración macular, el especialista establecerá la frecuencia de las revisiones.
Coger a tiempo todos estos problemas nos evitará tener otros más importantes en un futuro.